La policía responde a aproximadamente 36 millones de activaciones de alarmas por año, a un costo anual estimado de casi $ 2 mil millones. En 2016, la Asociación Internacional de Jefes de Policía (IACP) informó que más del 98% de todas las llamadas de alarma en los Estados Unidos eran falsas. Estas falsas alarmas no solo desperdician innumerables horas de policía, sino que también pueden ser costosas para todos los involucrados. En muchas ciudades, como Seattle, los usuarios finales pueden incluso enfrentar multas de hasta 115 dólares por su primera infracción.
Una falsa alarma se define como una llamada que, tras una investigación, no muestra evidencia de actividad delictiva, como ventanas rotas, puertas forzadas, artículos perdidos o personas heridas. Un estudio de los alguaciles del condado de Cleveland descubrió que las falsas alarmas son causadas con mayor frecuencia por equipos defectuosos, errores humanos, baterías bajas o una fuente de alimentación inconsistente, puertas abiertas o sueltas, instalación incorrecta e incluso mascotas, roedores e insectos.
La proliferación de estas falsas alarmas ha obligado a muchos departamentos de policía a no priorizar las llamadas que reciben por eventos de alarma no verificados. Sin embargo, una alarma verificada recibirá una respuesta prioritaria de la policía. Según la IACP, una “alarma verificada” se define como “un evento de un sistema de seguridad electrónico en el que un profesional de monitoreo capacitado, utilizando un protocolo estándar, ha determinado la presencia de humanos y la alta probabilidad de que haya una oficina penal en curso”.
Los informes han encontrado que el uso de la verificación bidireccional puede reducir las falsas alarmas en un 95%, proporcionando un ahorro de costos de miles de dólares por comunidad por año. Al agregar dispositivos de seguridad de audio, como Louroe Electronics Verifact® A, los sonidos se documentan en el momento en que se activa una alarma. Luego, ese audio se envía directamente a un centro de monitoreo, donde el personal de seguridad capacitado puede escuchar audio en vivo o grabado de la escena.
Con esta información, los profesionales de seguridad pueden determinar con confianza la validez de la alarma, junto con lo que puede estar sucediendo en el lugar. Si la alarma es válida, esta información se transmite a las fuerzas del orden en cuestión de minutos para priorizar la respuesta.
